-Sierra Norte de Sevilla y Córdoba-

Sierra Norte de Sevilla y Córdoba

Por tierras de Sierra Morena y el valle del Guadalquivir hasta Córdoba.

Discurre la ruta, primero por paisajes montañosos de Sierra Morena, en el Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla y el Parque Natural de Hornachuelos, en Córdoba. Son terrenos de rocas antiguas continentales (de 540 M.a, encuadrados en la Zona de Ossa-Morena del Macizo Ibérico), muy deformadas y metamorfizadas (afectadas por las orogenias Cadomiense, al final del Precámbrico y Varisca, al final del Paleozoico). Un relieve de elevaciones con pliegues, cabalgamientos e intrusiones graníticas, y entre las montañas pequeñas cuencas continentales rellenas de sedimentos, como carbón.

Y después, seguimos por el borde entre la Meseta Hercínica al norte y la Depresión Bética al sur, y por el valle del Guadalquivir, hacia el NE, finalizamos en Córdoba, lo que nos permite conocer diversidad de paisajes.

El primer día recorremos las serranías de lomas suaves, con valles profundos; terrenos de extensas fincas reservadas a la actividad cinegética, con ganadería y donde se extrae aun el corcho de los alcornoques, que forman masas boscosas junto a encinas con matorral, robles melojos, quejigos y dehesas, en los pueblos de Cazalla de la Sierra, Constantina, San Nicolás del Puerto, en el Parque Natural de Sierra Norte, catalogado como Geoparque y Reserva de la Biosfera.

Visitamos las antiguas minas romanas del Cerro del Hierro, un paleokarst sobre calizas cámbricas formadas en ambiente marino cercano a la costa, con vetas rellenas de minerales de hierro y barita. Un paisaje de gran belleza, de interés científico y didáctico, por las morfologías kársticas y figuras de disolución que han formado la actividad minera desde los romanos y la lluvia.

Realizamos la Vía Verde de la Sierra Norte de Sevilla, en las riberas del río Huéznar, un recorrido cómodo sobre el antiguo ramal del tren minero que unía las minas del Cerro del Hierro con la línea Zafra-Sevilla, para explotaciones mineras iniciadas desde los fenicios y que han dejado numerosos vestigios en el paisaje. En las márgenes del río veremos terrazas y edificios travertínicos fósiles, originados por depósitos de carbonatos del agua sobre tapices vegetales.

San Nicolás del Puerto, es un pequeño pueblo con detalles arquitectónicos y un pasado de minería de carbón (en formaciones del Carbonífero Superior y Pérmico) y la explotación de calizas y horno de cal.

Siguiendo la vía llegamos a la estación de tren Los Prados-Cazalla, y podemos visitar Cazalla de la Sierra, lugar de paso de la Vía de la Plata en época romana, donde las rocas graníticas dan unos paisajes alomados, de suelos arenosos y berrocales con grandes bolos, que resisten la erosión.

El segundo día discurre la ruta por entornos de sierras de escasa altitud, desde Constantina, un pueblo de casas blancas que culminan en el castillo, y con una trama urbana donde perdura la arquitectura de rasgos señoriales o burgueses, edificios notables, algunos de estilo mudéjar y otros de la época neoclásica, rincones como fuentes y patios de gran belleza. Descubriremos su pasado musulmán visitando el barrio de la Morería, y el castillo árabe, declarado Conjunto Histórico-Artístico. En el centro de Visitantes el Robledo tiene un jardín botánico.

Y continuamos por la orilla, la presa del embalse del Retortillo, lugar de observación de aves acuáticas y hasta Hornachuelos, por zonas de piedemonte de Sierra Morena, es el borde marcado por el contacto entre el relieve hercínico de Sierra Morena y el sedimentario del valle del Guadalquivir. El centro de interpretación del Parque Natural se encuentra en Hornachuelos.

El tercer día circularemos por el valle medio del Guadalquivir, en la Depresión Bética, donde el relieve ahora es monótono; un paisaje casi horizontal y solo salpicado por alcores y páramos, cerros testigos, más frecuentes en las proximidades de Sierra Morena.

Saldremos de Almodóvar del Río, donde visitamos su castillo, una fortaleza palaciega, la Floresta, inexpugnable construcción de origen árabe, de las más importantes y reconocidas del paisaje cordobés; y un castillo de cine, pues en la serie Juego de Tronos, recreó la fortaleza de Alto Jardín. El núcleo urbano, ya situado en la campiña cordobesa, a 120 m de altitud, tiene un interesante casco urbano y un museo etnológico.

El Valle del Guadalquivir, a pesar de su relieve tranquilo, tiene una historia geológica ajetreada. En la Orogenia Alpina, al levantarse la Cordillera Bética, que divisamos al sur, se produce el hundimiento de lo que era una plataforma marina. Esta depresión se va rellenando de sedimentos y cuando esta colmatada, el río Guadalquivir y sus afluentes comienzan a construir sus valles sobre esos materiales. En medio de esta depresión excavada por el río, quedan restos aislados del primitivo estrato, son los pequeños páramos y alcores, de caliza o arenisca, que encontramos en la campiña y que resisten a la erosión.

Son terrenos de cultivo de secano y regadío, huertas de naranjas y dehesa de reses bravas, al lado del canal del Guadamellato, en la vega del Guadalquivir, sobre sedimentos blandos de arcillas, margas, margocalizas.

Y llegamos hasta el complejo de la arquitectura hispanomusulmana, denominado la Ciudad Brillante, ¡¡un lugar único!!, la ciudad Califal de Medina Azahara (Madinat Al–Zahra, que en árabe significa “la ciudad de la flor”), fundada en el 963 por Abd al-Rahmán III el primer califa de Córdoba, fue referente de Al-Andalus y reflejo de poderío del califato Omeya independiente en Occidente, capital de Al-Andalus, fuerte y poderosa, primera capital política, científica y cultural del mundo occidental y uno de los mayores reinos medievales de Europa.

Es considerada como una de las obras más significativas del arte islámico. Después destruida y sus restos ocultos durante 1.000 años, fueron descubiertos a principios del siglo XX, y tras de más de 100 años de estudio apenas se ha excavado un tercio de la superficie total del Yacimiento. Patrimonio Mundial de la Humanidad, rico en historia, es una ciudad judía, musulmana y cristiana que visitaremos, recorriendo sus tres terrazas cercadas por la muralla.

Circulando por su vega solo nos quedan 8 km, para llegar a la ciudad califal: Córdoba, que podremos visitar en bici, pues es llamada Córdoba la Llana, una ciudad bikefriendly, con carril bici, que permite rodear el caso histórico pedaleando y conocer los principales monumentos: el alcázar califal del estado musulmán andalusí, la mezquita-catedral, la sinagoga, el templo romano, palacios, etc.

Ruta de 3 a 4 días. 25-46 km diarios