Paisajes con Historia: Toledo.
Lillo-Tembleque
Lagunas salinas, lomas y llanos manchegos
Conoceremos el paisaje lagunar de Lillo (Laguna del Longar– ZEC, ZEPA, Reserva Natural y Reserva de la Biosfera), formada en una depresión inundable. Es lugar de gran interés científico, donde se comprenden fenómenos de formación de sedimentos por bacterias (tapices microbianos de cianobacterias), y condiciones de salinidad que imponen restricciones y adaptaciones a la vegetación y a los microorganismos que en ellas viven. En la laguna del Altillo Chica, se observan las huellas de las “piedras navegantes”, deslizadas con la ayuda del viento y los tepes bacterianos. Dependiendo de las precipitaciones y niveles de agua de la laguna, será un lugar donde parar y observar aves limícolas y acuáticas (tarros blancos, cercetas, cigüeñuelas, andarríos, avocetas, gaviotas, pagazas, flamencos,…) y en los campos de cultivos cercanos aves esteparias (alcaraván, ganga ibérica y ortega) y rapaces (águila imperial, aguililla calzada, cernícalo y aguiluchos).
Llanuras extensas, usadas para cultivos de cereal, salpicadas de cerros testigo, como San Antón de rocas cuarcíticas y pizarras, en el enlace de la Mesa de Ocaña con la llanura Manchega. En ellos se sitúan los molinos, su paisaje está descrito en la literatura cervantina.
Los pueblos se ven a distancia, pues sobresalen las espadañas de sus iglesias. Podremos conocer ejemplos de las técnicas tradicionales en el uso de recursos naturales locales, como el esparto, el uso de las cuevas como viviendas, silos, pozos, o chozos, que nos hablan de las necesidades de sus habitantes del pasado.
Finalizamos en la pintoresca plaza barroca de Tembleque.
Ruta de 1 día – 20 km