Rutas de invierno y primavera
Rutas de 1 día

Paisajes con Historia: Toledo. Lillo-Tembleque
Lagunas salinas, lomas y llanos manchegos
Conoceremos el paisaje lagunar de Lillo (Laguna del Longar– ZEC, ZEPA, Reserva Natural y Reserva de la Biosfera), formada en una depresión inundable que es lugar de gran interés científico, donde se comprenden fenómenos de formación de sedimentos por bacterias (tapices microbianos de cianobacterias), y condiciones de salinidad que imponen restricciones y adaptaciones a la vegetación y a los microorganismos que en ellas viven y en la laguna del Altillo Chica, se observan las huella de las “piedras navegantes”. Dependiendo de las precipitaciones y niveles de agua de la laguna, será un lugar donde podremos parar y observar aves limícolas y acuáticas (tarros blancos, cercetas, cigüeñuelas, andarríos, avocetas, gaviotas, pagazas, flamencos,…) y en los campos de cultivos cercanos aves esteparias (alcaraván, ganga ibérica y ortega) y rapaces (águila imperial, aguililla calzada, cernícalo y aguiluchos).
Llanuras extensas, usadas para cultivos, salpicadas de cerros testigo, como San Antón con rocas cuarcíticas y pizarras, en el enlace de la Mesa de Ocaña con la llanura Manchega. En ellos se sitúan los molinos, su paisaje está descrito en la literatura cervantina.
Los pueblos se ven a distancia, pues sobresalen las espadañas de sus iglesias. Podremos conocer ejemplos de las técnicas tradicionales en el uso de recursos naturales locales, como el esparto, las cuevas, silos, pozos, o chozos, que nos hablan de las necesidades de sus habitantes del pasado.
Finalizamos en la pintoresca plaza barroca de Tembleque.
Longitud: 22 km

Paisajes con Historia: Toledo. Mora-Villamuelas
Piedemonte de Mora y llanuras de La Mancha
Un recorrido desde las estribaciones de los Montes de Toledo que nos permite observar un terreno quebrado y montañoso de sierras aisladas en el piedemonte, y nos lleva hasta las llanuras de La Mancha de Toledo. Son tierras drenadas por el río Algodor, un piedemonte en el que encontramos el olivar más extenso de Castilla-La Mancha, sobre sedimentos de la raña.
Un paisaje que se abre con grandes extensiones, de horizontes lejanos, sobre todo desde las llanuras cerealistas de Villanueva de Bogas.
Gran parte de la ruta atraviesa la ZEPA Área Esteparia de la Mancha Norte, y por lo tanto este recorrido nos ofrece una gran oportunidad para observar aves esteparias como avutarda, sisones, ganga, aguiluchos y cernícalo primilla.
Además, también podremos conocer las históricas poblaciones de Villanueva de Bogas, Villamuelas y Mora. De esta última localidad partirá nuestra ruta, con su casco urbano que mantiene algunos edificios sobresalientes por su diseño y valor arquitectónico, conocer su museo sobre la fabricación del aceite, y desde donde podremos observar en la Sierra del Castillo, la notable arquitectura del castillo de Peñas Negras, con una interesante historia.
Longitud: 36 km

Valles y laderas del piedemonte al sur de la Sierra del Guadarrama
En los entornos de Collado Mediano, Los Molinos y Guadarrama
Un recorrido circular por amplios caminos y veredas pecuarias para conocer la naturaleza del paisaje serrano, en las estribaciones de la Maliciosa y la Peñota. Veremos vestigios de arquitectura, que aún se conservan, de la actividad y gestión ganadera, y la huella de su historia en el paisaje. En Los Molinos y Guadarrama, veremos fortificaciones militares construidas con cemento y hormigón armado, lugar que fue uno de los frentes de la guerra civil.
Podremos asistir a una demostración de las técnicas de pastoreo con perros Border Collie, en el Club de Pastoreo Sierra de Guadarrama, actividad que no te dejará indiferente, ¡por la capacidad de trabajo y concentración de estos perros, dignas de admiración!. El Centro de Interpretación del Yacimiento Romano Miaccium, nos permite comprender el patrimonio arqueológico de Collado Mediano, ya que aquí se estableció una posada romana en torno al s. II d.C.
Longitud: 25 km

La Alcarria de Guadalajara
El Valle del río Badiel y las alcarrias entre los ríos Henares y Tajuña
Una ruta en la comarca de la Alcarria y al NE de la ciudad de Guadalajara; para conocer el río Badiel, afluente del Henares, entre Almadrones e Hita, y también las altas parameras y las vistas desde ellas del valle del Badiel, y del Tajuña de Brihuega y Cívica. Contrates entre las laderas de paramos, los llanos elevados de la meseta, los campos de cultivo y los fondos de valle cuyas arboledas va señalando la direccion del cauce.
Sobre el valle de los ríos Badiel, Tajuña y Henares, están las alcarrias, las altas plataformas de extensas llanuras o paramos, cuyas rocas se formaron cuando este territorio era un gran lago somero. Sobre los materiales duros encajaron diferentes arroyos y ríos como Badiel, Tajuña y Henares, y han dado el paisaje de valles que cortan los cerros.
Las rocas de este paisaje, que observaremos, proceden del relleno con sedimentos continentales desde el Mioceno, Plioceno y Cuaternario, que fueron depositándose en estratos horizontales (conglomerados y areniscas desde abanicos aluviales que llegaban desde las sierras, y de arcillas, calizas lacustres, yesos y sales depositados en lagos salados en el centro de la cuenca).
Vamos a seguir el valle del río Badiel , aguas abajo, desde su nacimiento en Almadrones, localidad donde iniciamos la ruta, y pasaremos por varios pueblos tranquilos como Ledanca que tiene conjunto urbano construido con materiales locales y un templo barroco y más adelante el monasterio benedictino de Valfermoso del año 1.200. Seguimos entre cultivos al borde del río a Utande, con iglesia románica, Muduex, donde observar restos de muralla, Valdearenas, un atractivo caserío con casas tradicionales de adobe sobre una colina al lado del río. Y llegamos a Hita, un pueblo de ambiente medieval que refleja su casco histórico, las casas con fachadas, la plaza, iglesias, la muralla y el palenque con escenario y el castillo.
Distintas alternativas de ruta, unas circulares y otras solo de ida.
Podremos desviaremos para remontar el arroyo de Valdelobispo, para llegar a lo alto del páramo en Casas de Galindo y por caminos en la planicie hasta Miralrío y Villanueva de Argecilla, pueblos pequeños en el páramo, desde los que contemplamos el valle del río Henares y su campiña, y por el valle del río seguir a Valdesanmartín para llegar a Ledanca y vuelta a Almadrones.
Otra alternativa desde río Badiel, nos llevará rumbo hasta la monumental Brihuega (castillo, murallas, iglesias, conventos, fuentes, plazas, edificios civiles…) y sus pedanías, entre ellas Cívica, que nos sorprenderá con su conjunto de galerías y escaleras excavadas en las tobas calcáreas que cuelgan hacia el valle del río Tajuña, y que se formaron al precipitar carbonatos en manantiales existentes a lo largo del Cuaternario.
La ruta por este entorno nos ofrece un paisaje variado, de contrastado colorido por los distintos materiales que se observan en los cortados de los ríos, las vegas con cultivos de regadío, olivares en los taludes y laderas de los cerros y los campos de cereal del páramo que también han sido aprovechado para el cultivo de lavanda, aunque aún se conservan algunos retazos de bosques mediterráneos (encinares y quejigos) y de ribera (fresnedas, alamedas, olmedas y sauces), la diversidad de pueblecitos…. y conoceremos de que rocas están hechas las casas, de donde surge el agua que circula por los cauces o porque en los cortados calizos hay fósiles de caracoles.
Longitud: Ruta circular 57 km o lineal de 35-40 km
Rutas de varios días
Ruta de 2 días

Caminos del Cristal de Hispania y
Cuenca entre hoces
y los entornos serranos de la ciudad de Cuenca
Una ruta con variedad de paisajes y detalles de interés. Conoceremos las ocres tierras de La Mancha Alta conquense, un horizonte de suaves pendientes y pequeñas arroyos y ríos que tiempos atrás llegaron a anegar grandes extensiones, quedando ahora solo vestigios de grandes humedales entre ellos, La Laguna del Hito, de aguas salobres que hoy, es un importantísimo dormidero y refugio de la grulla (en el invierno se han llegado a contabilizar hasta 9.500 individuos), y otras especies acuáticas (ánades reales, fochas, cigüeñuelas, …).
Se asentaron en esta zona manchega, ciudades celtíberas como Sekobirikes, llamada Segóbriga tras ser conquistada por los romanos y que visitaremos en Saelices, pues es uno de los conjuntos arqueológicos más importantes de la Meseta, y que se mantiene bien conservado.
La fama de Segóbriga se debió a la obtención y comercialización del lapis specularis, yeso translúcido obtenidos de las minas del entorno. Visitaremos una de estas antiguas mina.
Llegaremos hasta Uclés, pueblo de gran riqueza histórica y en el que destaca su monumental monasterio, sede de la Orden de Santiago.
En la ciudad de Cuenca, nos acercaremos por caminos a los ríos Júcar y Huécar, que forman dos cañones y en su interfluvio se construyó esta ciudad monumental, «colgada» sobre los escarpes de ambas hoces. Visitaremos la Ciudad y como estamos en tierra de los más importantes hallazgos paleontológicos de Europa occidental, (las Hoyas y el Hueco, del Cretácico 125-75 M.a.) veremos el Museo de Paleontología.
Longitud: 22-26 km diarios
Ruta de 2 días

(Segovia-Valladolid)
La ribera del Eresma y XXXX por la Vía Verde,
entre Segovia y Olmedo
Una ruta tranquila por pistas de tierra y buen firme, para disfrutar de la actividad en bicicleta, en un paisaje con relieve de llanura, rota por el río Eresma y sus tributarios.
En Segovia realizamos un paseo geológico donde conoceremos detalles sobre su geodiversidad explicadas en 95 lugares de interés turístico “de roca a roca”.
Seguiremos la Vía Verde, con visitas a lugares de interés y núcleos urbanos próximos. Discurre el camino así, en el trazado del antiguo ferrocarril que desde 1884 hasta 1993, recorría Segovia-Medina del Campo, por el piedemonte de la sierra del Guadarrama y las campiñas cerealistas de la cuenca sedimentaria del Duero.
Iniciamos la ruta con perfil en descenso, desde Segovia, donde hemos conocido los emblemáticos monumentos, de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad: el recorrido por el casco antiguo con ambiente medieval y el barrio judío, el acueducto, el Alcázar, la Catedral,…y una ruta interpretativa sobre el patrimonio geológico de lugares de la ciudad, donde ver rocas metamórficas como los ortogneises glandulares.
Se parte de las lastras calcáreas, mesas y cuestas situadas a 1.000-1.050 m, terrenos de la edad Cretácica con areniscas explotadas en galería horizontales, también dolomías, margas y calizas dolomíticas y que enmarcan el valle donde se desarrolla la vegetación de riberas arbolada. Abrigos con yacimientos paleontológicos con arqueología del Pleistoceno. Se desciende por las laderas y fondo del valle del río Eresma, hasta amplias vegas fluviales y arboledas de ribera. Después por extensas llanuras cerealistas onduladas que cierran el horizonte y crean siempre expectativa ante las nuevas vistas aun ocultas, de pinares, frecuentes en el paisaje, pues estamos en la comarca Tierra de Pinares, con pino negral o resinero y pino piñonero. Y no faltan retazos de encinares y algunos robles rebollos de antiguos bosques comunales. Campiña segoviana, extenso paisaje plano de cultivos con el telón de fondo al sur, de la Sierra de Guadarrama.
En los entornos de Domingo García, se encuentran pizarras cuarcitas que emerge de la superficie. En algunas de ellas parecen petroglifos desde el Paleolítico, arte prehistórico, con técnica de picoteado. También necrópolis con sepulturas antropomorfas talladas en las rocas. También tienen elementos arqueológicos de interés Armuña y Bernardos.
En Coca, la laguna de las Eras, situada al oeste, que tiene elevada salinidad, en presencia de microorganismos (bacterias del grupo Firmicutes), son responsables de la precipitación de magnetita y dolomita (forman carbonato de magnesio), que generan ambiente de alto pH. Son bacterias resistentes a la desecación y que sobreviven en condiciones extremas. Son bioindicadores utilizados para la búsqueda de vida extraterrestre en Marte, como actividad bacteriana en rocas antiguas.
Pasamos cerca de pueblos, a los que nos acercaremos a conocer. De interés artístico son Santa María la Real de Nieva (Iglesia Monasterio), Coca (su castillo, monasterio y edificios mudéjar). Otros como Bernardos por el uso de las pizarras (utilizadas en edificios de la corte desde Felipe II) y en Carbonero el Mayor, encontramos restos de molinos de harinas y textil, del siglo XVIII y enclaves con pinturas rupestres. Armuña con ermita románica, yacimiento arqueológico y yacimiento de fósiles cretácicos. Y finalizamos en Olmedo (en la provincia de Valladolid) tierra de pinares, con el Palacio Caballero de Olmedo, la muralla y plaza mayor.
El acceso hasta Segovia se puede realizar en tren de cercanías y en AVE.
Longitud: 35-40 km diarios
Ruta de 2 o 3 días

La Serranía de Guadalajara
hacia los valles de los ríos Dulce y Salado
En la tierra de Ayllón en Soria, abrimos una puerta a la historia, visitando el Yacimiento Arqueológico de Tiermes. Una fortaleza celtíbera, aliada de Numancia, luego ciudad del Imperio Romano. Descubriremos una singular arquitectura rupestre, por lo que ha sido llamada la “Petra de Occidente”, con construcciones de areniscas y arcillas de color rojo, por contenido en mineral de hierro (hematites). En el museo veremos los detales arqueológicos de la ingeniería romana, en la conducción de agua a la ciudad.
Discurre nuestra ruta por paisajes singulares y diversos, pues nos encontrarnos en el sector de enlace entre el Sistema Central y la Cordillera Ibérica.
En la primera parte de la ruta, las pequeñas sierras, de edad Paleozoicas, son de pizarras, cuarcitas y esquistos del Silúrico, Ordovícico y Pérmico, que dan relieves abruptos.
En la segunda parte, los terrenos son de edad Mesozoica, de la Cordillera Ibérica, que tienen relieves en cuesta son de areniscas y arcillas, como las del Yacimiento de Tiermes, (del Trías inferior –Buntsandsteim) rocas de 200 M.a. de antigüedad; también dolomías y calizas (del Trías Medio -Muschelkalk), y otras arcillas yesíferas y saliníferas (del Trías superior –Keuper) que se formaron en una antigua cuenca marina a la que llegaban masas de sedimentos desde los ríos.
También el paisaje de rocas carbonatadas, que dan lugar a los cañones y elevaciones de los cerros de calizas, muy deformadas y con muchos pliegues.
En las inmediaciones de Miedes de Atienza, ya en Guadalajara, pasamos por la sierra del Bulejo, al Este de la Sierra de la Pela, una montaña de las más orientales y de menor altura del Sistema Central, situada entre las provincias de Segovia, Soria y Guadalajara. Paisaje de parameras calizas salpicadas de encinas, carrascas, sabinas, enebros y robles, en roquedo calizo y las tierras de labor; y apriscos de ganado pegados a las rocas; y de cuando en cuando pequeños pueblos, de arquitectura sobria, que nos sorprenderán. En ellos veremos muestras singulares de arte románico: ermitas, pequeñas iglesias, restos de murallas, casas blasonadas, en aldeas de esta estepa castellana, como Losada, Valdevenedizo, Castro del municipio de Retortillo de Soria; y en Miedes de Atienza, todos muy despoblados.
Después, rodamos por un paisaje de arcillas, areniscas y brechas (rocas del Pérmico -edad Paleozoica-), y también rocas volcánicas (andesitas, de 280 millones de antigüedad), de tonos verdosos y negros, utilizadas para balasto, áridos y gravillas, y pizarras negras del Silúrico (Paleozoico), explotadas como minas de grafito, y que contienen piritas.
Nos acercamos a Atienza, la población más importante. Aquí circulamos por arcillas y arenas y sobre ellas rocas calcáreas (del Cretácico Medio), son las calizas, donde se ubica la población y el castillo de Atienza, primero fortificación celtibera y luego árabe y cristiana.
En Atienza, visitamos el museo paleontológico de San Bartolomé, con 3.500 especies de fósiles, y recorremos el conjunto urbano, con edificios singulares: monasterios, ermitas y plazas, … arquitectura notable desde la edad media, pues fue encuentro de cultura, de sales, y confluencia de caminos: del Cid, del Románico y del Quijote.
Seguimos a Riofrío del Llano y después a Santamera, localidades de Guadalajara. Aquí encontramos un espectacular cañón de caliza (de edad Cretácica), que ha labrado el río Salado. El desfiladero tiene enormes paredes de piedra que nos va cerrando, con cuevas, techos desplomes, rocas karstificadas, peñascos y cuchillares y donde observaremos de cerca buitres posados, alimoche y águila real. Las aguas del río Salado están embalsadas para riego en la presa del Atance, aguas que inundaron el pueblo. En estas rocas podemos observar fósiles (braquiópodos, bivalvos, gasterópodos, amonites y equinodermos del Cretácico Superior).
También un yacimiento del Triásico superior (235 millones de años ) con restos de reptiles marinos, que vivían en aguas cálidas y poco profundas del antiguo Mar de Tethys, y un grupo particular de reptiles denominados ‘sauropterigios’.
En Olmeda de Jadraque veremos salinas, construidas en la Edad Media. Pero solo quedan restos del siglo XVIII. Su producción fue junto con Imón de las más importantes de la zona. Las sales quedan intercaladas en los estratos de las arcillas rojas, y han sido explotadas desde épocas romanas. Las sales proceden de los sedimentos del Keuper (Triásico superior), y Jurásico, (hace unos 200-250 millones de años), cuando se evapora el agua del mar de Tethys, y fue dejando una costra salina sobre la superficie, en un clima cálido y árido. Aquí encontramos aragonitos, jancitos de Compostela, y fósiles animales.
Estos ambientes hipersalinos influyen sobre la fisiología de algunas especies de fauna y flora que constituyen una rareza por su ubicación, a 1.000 metros de altitud y a más de 400 kilómetros de cualquier mar actual. A estos valores naturales se une el interés como patrimonio cultural de una a actividad preindustrial de gran importancia económica regional, pues surtían de sal a muchos pueblos del interior de España.
Continuamos a Carabias y a Palazuelos, un pueblo este, con más de 2 km de muralla, y una trama urbana medieval. Y llegamos a Sigüenza, ciudad donde conoceremos su patrimonio arquitectónico-artístico. Con castillo o alcázar y hoy parador, la catedral, iglesias, alguna de ellas románica, la plaza mayor, palacios, puertas y torreones, judería, calles y plazas.
Vamos a continuar a Barbatona, caserío pequeño, muy tranquilo y nos dirigimos, por las parameras salpicadas de vegetación de encina con sabinas y enebros, hacia el barranco del río Dulce, un profundo cañón excavado, donde recrearnos con la observación de los potentes estratos de caliza, donde veremos capas sucesivas de todo el Mesozoico (Triásico, Jurásico y Cretácico). La roca, la vegetación de ribera y la fauna rupícola crean un paisaje de gran atractivo y valor ecológico, donde la figura de Félix Rodríguez de la Fuente está ligada, pues fue utilizado para la filmación de sus documentales. Se pueden observar en las rocas variedad de fósiles, aragonitos, cuarzo hematoidéo (Jacinto de Compostela) y yesos de color rojo intenso, entre las “arcillas del Keuper” que quedan al descubierto, en las profundas capas del Triásico Superior.
La disolución de las rocas calizas en el cañón, han originado formaciones geomorfológicas que nos llaman la atención, en el recorrido que hacemos por el fondo del valle a lo largo del cañón, como ciudades encantadas, lapiaces, cuevas, simas, torcas, dolinas o edificios tobáceos, incluso cascadas en los afluentes laterales y meandros abandonados. Laderas con encinas, quejigos y enebros y en el cauce chopos, álamos, sauces y fresnos. Vamos a ver numerosos buitres leonados, águila real, halcones, chovas y grajillas, que viven en los cortados.
Pasaremos por pueblos singulares y curiosos: Pelegrina, con castillo e iglesia románica. La Cabrera, uno de los pueblos más pequeños, la disposición encajonada de su caserío, la arquitectura serrana con Iglesia románica y molino (para fabricar papel moneda, en reinado de Alfonso XIII), y su entorno natural, le dan una armonía calmosa. Después iremos a Aragosa y Mandayona, con un centro de interpretación del Parque.
Ahora continuamos aguas abajo a Villaseca de Henares en la orilla del río Dulce, poco antes de la desembocadura al río Henares, y cerca de la población de Matillas, punto de comunicación entre el Alto Henares y la Alta Alcarria, desde donde ascendemos el valle del Henares, paralelos a la vía del ferrocarril y siguiendo el canal, hasta Baides, con museo ferroviario y alojamiento singular en vagones de tren.
Longitud: xxxxx km diarios
Ruta de 3 o 4 días

Serranía y Costa de Cádiz 1
La Serranía de Ronda (Málaga),
la Campiña de Jerez y la Bahía de Cádiz
CAMBIAR FOTO
Una ruta lineal desde la ciudad de Ronda en Málaga, y hacia la comarca de la Sierra de Cádiz y siguiendo la cuenca del río Guadalete, hasta la Campiña de Jerez.
Visitamos Ronda, ciudad antigua y misteriosa, por sus orígenes y lo abrupto del emplazamiento: un tajo de formidables abismos, un cañón labrado por el río Guadalevín sobre rocas de calcarenita y conglomerado. La posición elevada sobre el desfiladero y el aislamiento crean ¡un excepcional paisaje!
Circulamos con el fondo lejano de las estribaciones de la serranía de Ronda, que nos sugiere entornos refugio de bandoleros, contrabandistas y tauromaquia, imágenes románticas forjadas por los viajeros del siglo XIX como Ford, Dore y Davilleir. También tierra de guerras entre árabes e hispanogodos, como la emprendida por el caudillo andaluz, de origen visigodo, Omar ben Hafsún, que en el año 889 d.C., se refugia con su ejército en los abruptos montes de la serranía y resisten durante 50 años los ataques musulmanes, en la ciudad de Bobastro o Takkoronda construida sobre las dos moles rocosas cortadas por un tajo, Ronda, que es conquistada por Abderramán III, y mejorada, después, por los emires de Córdoba.
Continuamos en ruta por altitudes cercanas a 800 m, por tierras de arcillas, areniscas y margas de edad Mesozoica-Triásico (Keuper) – que aparecen plegadas y fracturadas, y también sobre rocas de edad Miocena, que rellenan las fosas.
Veremos cortijos en los valles y pueblos blancos en la lejanía, situados en laderas. Setenil de las Bodegas, tiene las casas alineadas al abrigo de los voladizos de roca. Olvera, está elevado en un zócalo natural, donde iniciamos la Vía Verde de la Sierra hasta Puerto Serrano, infraestructura ferroviaria nunca finalizada de la línea Jerez-Almarge y cuyas estaciones han sido acondicionadas como restaurantes y alojamientos turísticos.
Los pueblos mantienen la arquitectura islámica, casas pequeñas encaladas, de ese blanco que apellida a los pueblos serranos y que combina con el alegre color de zócalos y marcos, acompañados por las flores, inseparables compañeras de las casas andaluzas, casa blancas y empedradas calles, antiguas iglesias y viejos edificios con siglos de historia.
Pasamos cerca del Peñón de Zaframagón (Olvera), en cuyas paredes hay una colonia de buitres y nidifican también, alimoche, halcón peregrino y águila perdicera.
Seguimos el valle del río Guadalete, por terrenos de arcillas y margas azules, y llegamos a Villamartín en la periferia de la serranía y situado en la parte baja de la depresión del río Guadadalete. Allí, en la cola del embalse de Bornos, podemos observar aves: la espátula común, el avetorillo común, la garcilla cangrejera o el martinete común, la garceta común, la cigüeñuela, la garcilla cangrejera, y otras como el cormorán grande, avefría, correlimos común y diversas anátidas.
Recorreremos los márgenes del embalse de Bornos, hacia Arcos de la Frontera, enriscado en un tajo de calcarenitas (“maciños”), lugar estratégico con una fortaleza que corona el espolón rocoso; y abajo el meandro del río Guadalete, que erosiona las areniscas amarillentas, con fósiles marinos de equinodermos, algas, conchas de bivalvos y foraminíferos. El núcleo urbano tiene arquitectura y acervo legado de la cultura árabe, que vivió durante más de 500 años, reflejado en la configuración de pequeñas y sinuosas calles, que conservan aun el sabor morisco. En el embalse de Arcos, podremos también escuchar el bullicio de especies acuáticas y ver águila pescadora.
Desde Arcos hacia el Oeste circulamos en tierras de la Campiña de Jerez, descendemos en altura y se suavizan los relieves. Son zonas bajas de llanura, sobre materiales blandos, de margas, arcillas, arenas, y afloramientos de yesos y sales, tierras horizontales, entre cultivos de regadío y cabezos cubiertos de viñedos, que nos llevan hacia Jerez de la Frontera, ciudad del vino y tradición ecuestre. Las viñas cultivadas sobre la tierra Albariza, de color blanquecino, singularizan el paisaje; son arcillas y margas con diatomeas ricas en foraminíferos, radiolarios, espículas de esponjas, sedimentadas en ambiente marino alejados de la costa, durante el Mioceno y cuyas rocas se llaman Moronitas. Utilizaremos un camino que sigue la traza de la antigua línea ferroviaria de Arcos de la Frontera a Jerez, y que se dirigía a Almargen en Málaga, línea prevista de 127 km, y que forma parte de la vía verde de la Sierra.
Hacia el Oeste, llegamos a la Bahía de Cádiz, por las llanuras marismeñas que han sido lentamente rellenadas por sedimentos aportados por el río Guadalete, y que han creado un complejo de lagunas endorreicas de interés ecológico y faunístico, en ellas nos envuelve el ruido y el bullir de muchísimas aves: flamencos, gaviotas, charranes, fumareles, malvasía cabeciblanca, focha cornuda, cerceta pardilla, pato colorado, cigüeñuela, ánade rabudo, cormoranes, garzas, ya en el Puerto de Santa María, ciudad de los cien palacios y también lugar de rica gastronomía.
Longitud: xx-xx km
Ruta de 3 o 4 días

Serranía y Costa de Cádiz 2
Desde la Sierra del Aljibe en P.N. de los Alcornocales
por la comarca de la Janda a la Bahía de Cádiz
CAMBIAR FOTO
Una ruta desde el interior de la provincia de Cádiz, desde el borde suroccidental de la Cordillera Bética hasta la Bahía de Cádiz, en Chiclana de la Frontera y San Fernando.
Recorremos los paisajes serranos del Parque Natural de los Alcornocales, utilizando el carril Picacho-Peguera, con vista a la sierra del Aljibe, para disfrutar un entorno de sierras abruptas, con estratos verticales de areniscas silíceas, rocas emergidas durante el Plioceno, que eran lodos acumulados en un mar primitivo, (una cuenca profunda-surco del flysch del Campo de Gibraltar) que fueron levantados por la orogenia, y por ello aparecen deformados con repliegues y cabalgamientos.
Por la pista del Picacho cruzamos vaguadas, barrancos y gargantas de laderas pronunciadas, de los ríos serrano s. Son valles profundos, donde abundan las nieblas, originadas por los vientos de Levante y húmedos de Poniente, que crean condiciones de umbría ideales para el desarrollo de los “canutos”, bosque templado-cálido y húmedo, una curiosidad florística y biogeográfica de estos lugares. Bosques que albergan diversidad de plantas relictas (desde el Terciario), auténticos fósiles vivientes, con vegetación subtropical tipo lauroide (pteridofitas –helechos-, y angiospermas arbustivas y arbóreas), donde domina el quejigo africano (Quercus canariensis), los arbustos de hoja lauroide y lianas. Disfrutaremos de un entorno de encinas, palmitos, madroños, espinos o agracejos, alcornoques, sabinas, serbales, arce y acebuches.
También el relieve rocoso es singular, los bloques de rocas de areniscas de colores parduscos, se apilan formando torres acastilladas, con pasillos y abrigos; y en la superficie de las rocas detalles como fracturación poligonal, pavimentos, cavidades (tafoni), oquedades profundas, panal de abeja, anillos, etc.
Llegamos a Alcalá de los Gazules, cuyo núcleo urbano se enrosca en el peñón cónico, donde se empinan sus calles, y remata en el torreón del castillo almohade y la Iglesia de San Jorge, y desde donde divisamos un paisaje de colinas verdes. El recorrido por el embalse de Barbate, nos permite conocer diversidad de aves acuáticas. El paisaje nos muestra hacia el sur, la campiña gaditana, una llanura grande y de baja altitud salpicada de colinas suaves. Aquí las rocas son arcillas y evaporitas Triásicas, margas y arcillas del Cretácico Superior y Paleógeno, que son la base en la que están apoyadas las areniscas que vimos en la sierra del Picacho.
Circulamos por terrenos que ocupaba la laguna de la Janda tierra de lagunas y charcas entre Vejer, Benalup y Facinas, recorridos por el río Barbate y su afluente el Almodóvar, hasta que fueron desecadas. Es una depresión tectónica, formada en el cuaternario. La cuenca era una bahía interior inundada por el mar, donde desembocaban los ríos y sus aportes fluviales, que provocaron el cierre de la marisma de Barbate, por donde desaguaba. La depresión de la Janda se aíslo del mar, inundándose solo en periodos de avenidas. Es ahora un área palustre de uso ganadero y cultivos hortofrutícolas, de trigo, maíz y algodón. Los naturalistas es pañoles y extranjeros que visitaron La Janda la describen como un humedal excepcional, por la riqueza de aves en migración hacia el estrecho de Gibraltar. Aún tenemos el privilegio de observar garcillas, garcetas, morito, calamón, cigüeñuela, y otras acuáticas.
Hacia Benalup-Casas Viejas, el recorrido es hacia el sur y por una orografía de mesas calizas, alineadas NE-SW, donde se encuentran cuevas con arte paleolítico, estudiadas por prehistoriadores como J. Cabré, E. Hernández Pacheco, H. Breuil, H. Obermaier…, y que podremos conocer en el centro de interpretación “Cádiz Prehistórico”.
Seguiremos por el Corredor Verde Dos Bahías, un camino que une el Parque Natural Bahía de Cádiz, con la bahía de Algeciras, en el Paraje Natural Marismas del Río Palmones, en los Barrios. Esta ruta forma parte de la Red Verde Europea, que conecta el sur de Portugal con Italia, España y Francia. ¡¡¡Un tramo con numerosas ventas, donde la cocina tradicional es un atractivo que hace necesaria nuestra parada!!!
Y por la campiña, en un entorno agrícola y ganadero de vacas retintas, de color rojo-caoba, llegamos a Medina Sidonia, pueblo de casas blancas con balcones enrejados, de patios floridos y de olor a dulce, situado sobre la mayor elevación, y desde donde veremos hasta la bahía de Cádiz. Es una de las ciudades más antiguas de Europa, y entre sus calles se esconde un legado histórico, arqueológico y artístico.
Desde Medina Sidonia circulamos por un relieve irregular pero suave, con leves ondulaciones que forman colinas, hasta Chiclana de la Frontera, donde el paisaje se llena de viñas sobre tierras de margas blanquecinas y calizas, hasta el litoral, la Bahía de Cádiz, una depresión tectónica ocupada por un gran delta hace 6 M.a, y que recibía las aportaciones de un río, cuyos sedimentos se conservan en la costa en forma de conglomerados con restos de conchas u ostiones (Roca Ostionera). Allí están presentes las huellas de la que fue una potente industria salinera, con las casas salineras cerca del rio Iro, que desemboca en las marismas. La Bahía de Cádiz, en la época cuaternaria era un pequeño archipiélago con muchos peñones: en uno se asienta el Castillo de San Sebastián, en otros la ciudad de Cádiz, Torregorda, Castillo de Sancti-Petri y San Fernando.
Llegaremos a San Fernando desde Chiclana de la Frontera, utilizando el carril del Parque Natural de Bahía de Cádiz. Un recorrido por caños mareales, marismas, estuarios, dunas y ruinas de antiguas salinas donde destaca una flora adaptada a la salinidad y al nivel de inundación. Y donde nos vemos mezclados entre las ruidosas aves: flamencos, avocetas, agujas y charrancitos, ánade silbón, ánade rabudo, pato cuchara, somormujo lavanco, y gaviotas: picofina, cabecinegra, de Audouin, además de charranes y limícolas como chorlitejo patinegro, avoceta, agujas, correlimos….y águila pescadora. Veremos huellas de las antiguas baterías de defensa frente a la invasión Napoleónica en 1812.
Podremos visitar, en San Fernando, el Centro del Parque Natural Bahía de Cádiz y recorrer el jardín del siglo XVIII, con plantas representativas de la provincia, de Canarias y de América.
Longitud: 30-50 km diarios
Ruta de 3 días

Serranía y Costa de Cádiz 3
Sierras en el Parque Natural Alcornocales
y Costa Atlántica de Cádiz
CAMBIAR FOTO Y MAPA
El punto de encuentro es Tarifa, ciudad que conserva en su estructura urbana al estilo islámico, y también edificios, y yacimientos fenicios y romanos. Situada en el estrecho de Gibraltar, sus aguas son estratégicas para la observación de cetáceos (delfines listados, mulares, comunes, calderones, orcas, cachalotes y rorcuales) con un centro de interpretación y aula del mar. Y su costa situada en el extremo sur, es idóneo para la observación y estudio científico del paso migratorio de aves, pues es utilizado por las aves para cruzar el mar por la zona más estrecha hacia África, donde confluyen las rutas entre Europa y África y cada año sobrevuelan 400.000 aves planeadoras (cigüeñas y rapaces), varios millones de pequeñas aves (vencejos, golondrinas, aviones, abejarucos, etc.) y unas 750.000 aves marinas. Visitaremos algún observatorio y puntos de concentración de aves a fin de reconocer el mayor número de especies. También podremos realizar una salida en barco para avistamientos de mamíferos marinos.
Realizamos la cicloruta por las sierras del Parque Natural de los Alcornocales, unidad geológica del Campo de Gibraltar (constituidas por sedimentos profundos de cuenca oceánica del Cretácico y Paleógeno-Flysch que son levantados en la orogenia alpina desde una fosa marina y son arcillas, margas y areniscas). Partiendo de El Bujeo, recorremos un paisaje de montañas de arenisca (Unidad del Aljibe) donde la erosión origina formas en las rocas: tafonis, alveolos y nidos de abeja. Es un paisaje singularizado por la abundancia de agua, proveniente del aire de la costa y que permite la formación bosques de niebla en valles estrechos y profundos (canutos), con vegetación subtropical tipo lauroide, con bosques de quejigos, roble andaluz y acebuchales. Se conserva aquí una flora de la Era Terciaria, la Laurisilva, donde las especies más representativas relictas de los canutos son el ojaranzo (Rhododendron ponticum subespecie baeticum), el laurel (Laurius nobilis) y el loro (Prunus lusitanica). En estos bosques podremos observar aves pequeñas y singulares como mosquitero ibérico y papialbo, y rapaces forestales. Un recorrido por pistas por las Sierras del Cabrizo y del Ojén, que nos lleva hasta la playa de los Lances en Tarifa.
En el viaje tendremos oportunidad de acercaremos a la playa de Bolonia, y visitar la ciudad romana de Baelo-Claudia (siglo II a.d.C.), con necrópolis, acueductos, basílica, teatro, mercado, el templo de Isis, y la antigua industria salazonera. Un lugar que nos traslada a imaginar el urbanismo romano, en un paisaje espectacular.
Otra de las ciclorutas que podemos disfrutar de este enclave serrano, es en la Sierra del Niño, entorno de rocas de areniscas. Se inicia cerca del núcleo de Facinas y el embalse de Almodovar, un carril cicloturista y antigua carretera de los Barrios a Facinas, por el Mirador y Puerto de Ojén. Enlazamos con el trazado del corredor Dos Bahías, para llegar al núcleo de Los Barrios, hacia el sur, siguiendo el río Cañas. En Los Barrios podemos visitar el Museo de Historia Natural (con una gran colección de fósiles, minerales, conchas marinas e insectos) y el Jardín Botánico (con flora autóctona y foránea). Aquí se encuentra la marisma del río Palmones, lugar de avistamiento de aves acuáticas. Este recorrido discurre por una de las zonas más boscosas y húmedas, con arroyos y numerosos canutos, con la exuberante vegetación de bosques tropicales de laurisilva. Este camino forma parte del Eurovelo, que conecta rutas de todo el continente europeo.
Proseguiremos el viaje en bicicleta, comenzando en Vejer de la Frontera, cuyo casco histórico en un cerro, está amurallado y con varias torres; y a sus pies discurre el río Barbate. Pueblo de tradición y arquitectura popular árabe, con calles laberínticas. Recorreremos hacia el sur por campos de cultivos en margas, arenas y arcillas, hasta los entornos de Caños de Meca, y el Cabo Trafalgar, pequeño islote unido a tierra por una playa, y rocas sobre los que se asienta el Faro de 39 m de alto, el segundo más antiguo de España. Las dunas fósiles son muy laminadas y forman pequeños acantilados de conglomerados y areniscas, utilizadas para fabricar piedras de molino. En el cabo de Trafalgar podemos encontrar depósitos huellas del tsunami que sufrió la zona en 1755.
Continuamos al sur por el carril-bici paralelo a la carretera hacia Conil de la Frontera, hasta El Palmar, y después por las pistas próximas a la playa hacia El Palmar, en la Torre de Castilnovo veremos los Ibis eremita, especie en peligro de extinción.
Seguiremos a Conil de la Frontera, pueblo pintoresco de la Costa de la Luz, con puerto pesquero y el museo sobre el atún. Finalizamos el recorrido en las Calas de Cabo Roche, con un faro de 20 m de altura del siglo XVI, para defensa de los ataques piratas. La configuración de la línea de costas que vemos es resultado de la dinámica litoral, en los últimos 5 M.a., erosionando y depositando sedimentos transportados por los ríos, que han originado amplias llanuras costeras que tienen: cordones litorales, estuarios, deltas, sistemas de dunas, flechas, tómbolos, terrazas marinas, etc.
Longitud: xxx km diarios
Ruta de 2 días

Serranía de Cádiz
Sierras de Grazalema
Una ruta por caminos y pequeñas carreteras en el Parque Natural Sierra de Grazalema, zona occidental de la Cordillera Bética, un paisaje de sierras paralelas de dirección, este-noreste a oeste-suroeste, separadas por profundas depresiones.
Este sistema montañoso con altitudes de 1.600m, de sierras Subbéticas, se origina al ser elevados los sedimentos marinos de edad Mesozoica, plegados, rotos y desplazados hacia el norte y apilados (dando los mantos de corrimiento), y que formaron las distintas sierras de roca caliza.
Podremos observar los fósiles que formaron estas rocas calizas, de edad Jurásica que se encuentran en las partes altas, rocas muy duras y resistentes a la erosión. En las zonas bajas hay margas y margocalizas de edad Cretácica, que se erosionan fácilmente, y en los fondos de los valles y al borde de las laderas las rocas son, arcillas y yesos, que han caído procedentes de la erosión. Es en las laderas donde encontramos la vegetación de encina en la parte alta y quejigos en el fondo, vegetación de contrastes que es, sin duda, uno de sus atractivos más particulares.
Los bosques de alcornoque, se encuentran en colinas bajas, sobre rocas de areniscas cuarzosas estratificadas, con las areniscas del Aljibe del Complejo del Flyschs, originadas por depósitos gravitacionales o corrientes de turbidez en una fosa marina profunda, como abanicos submarinos, de edad Miocena, y su arena procedía de la erosión del continente africano.
Circulamos por pequeñas carreteras con poco tráfico y caminos, con algunas pendientes que superar, es una ruta para transitar despacio, ¡¡¡disfrutando las vistas y de la oportunidad de estar aquí, ver y sentir el entorno mientras viajamos!!!.
Inmersos en un paisaje de contrastes, que nos muestra complejidad, ambiente rocoso y abrupto, dominado por la caliza, con muchos valles y depresiones, sierras con crestas y paredes verticales altas con líneas de fracturas y canchales. Un mundo con morfologías kársticas, originadas por el agua que disuelve las calizas. Encontraremos numerosas formas geomorfológicas, como paredes verticales o cañones de plataformas calcáreas debido al hundimiento de las bóvedas de la corriente subterránea o el encajamiento de los ríos superficiales en planos de falla y fracturas, depresiones cerradas, dolinas, poljes, valles encajados con forma de cañones, lapiaces o arrugas de rocas originadas por las aguas de escorrentía, simas que se ensanchan en forma de embudo para conducir a las cuevas…. y los pueblos, encaramados en cumbres y laderas, que destacan en este entorno sobresaliente y que al recorrer sus calles, el tiempo parece haberse parado.
Iniciamos un tramo de ruta en Algodonales, emplazado al SW de la Sierra de Lijar, en la vega del río Guadalete. Sus casas se adaptan a la ladera de la montaña, en una disposición alargada que sigue los distintos niveles del terreno. Circularemos en direccion sur por camino ancho, al borde de la sierra hasta el Bosque. Aquí elaboraban un queso con la leche de cabra payoya y la oveja merina grazalemeña, razas autóctonas. Podremos visitar el centro de visitantes del parque y un jardín botánico.
En El Bosque realizamos una ruta andando, por el camino del río Majaceite a Benamahoma. El río Majaceite es un afluente del río Guadalete, que recorre la Sierra de Grazalema y su la ribera tiene un estupendo bosque galería de olmos, sauces, álamos y con numerosos manantiales. Veremos las crestas de la sierra del Pinar, con rocas desprovistas de vegetación arbórea, en alturas que superan los 1.500 m, de carácter áspero y accidentado al entorno, y en su cara norte se encuentra la extensa masa vegetal de Pinsapar de Grazalema.
Benamahoma, pueblo en pleno corazón del Parque Natural de la Sierra de Grazalema, de fachadas blancas y que hacen contraste con el verde intenso de sus bosques y donde podremos visitar el Ecomuseo del Agua.
El segundo día de ruta saldremos de Villaluenga del Rosario, a los pies del pico Navazo, en la sierra del Caíllo, lugar de cuevas, sumideros y simas; de interés en espeleología, y antaño utilizado como refugio de bandoleros y contrabandistas. Es el pueblo más pequeño y el más elevado de la provincia de Cádiz, que aun explota el corcho de alcornoques y fabrica el queso payoyo, con leche de razas autóctonas.
Circularemos hacia los Llanos del Republicano, en el límite con Málaga, en las faldas de la sierra del Peralto, de paisaje espectacular, una gran depresión cerrada, un polje como valle alargado con fondo plano, entre las sierras de Peralto, Libar y Mojón Alto, donde podremos ver cabra montés. Contrasta con el blanco de la roca caliza y roquedos de arenisca del Aljibe, que tienen tonalidades pardas, amarillentas y rojizas.
La ruta nos lleva hasta Grazalema, un pueblo blanco a los pies de la cadena montañosa de la Sierra del Pinar, la más elevada y principal. Aquí nace el río Guadalete, que se dirige hacia el norte y luego hacia el oeste, y llega a desembocar en el Puerto de Santa María.
Grazalema es pueblo de calles estrechas y empinadas, lugar de contraste, pues, situado en clima, mediterráneo, tiene el máximo de precipitación en un año, por encima de 4.000 mm. Esta humedad favorece la formación presidida por el pinsapo (Abies pinsapo), una conífera emparentada con los abetos de las zonas frías del hemisferio norte, una reliquia del Terciario, que desde Centroeuropa descendió hasta el Atlas en el periodo frío de las glaciaciones, y después el clima más cálido dejo aislado este grupo en el sur d España, norte de África, norte de Sicilia y zonas del este del mediterráneo. En España solo se encuentra en la Sierra de las Nieves (al sur y cerca de Ronda), Sierra Bermeja (sobre Estepona) y aquí en la sierra del Pinar.
El pinsapar es un bosque denso y sombrío, acompañado de encinas y quejigos (Q. faginea), también madroños, enebros y sabinas y con estratos arbustivo de aulagas, jaguarzos, alhucemas, espino negro, aladiernos, etc.
Desde Grazalema hacia el norte, por la orilla del Embalse de Zahara – El Gastor, circulamos con el fondo de la sierra y las cumbres del Tajo de Lagarín o Algarín, por laderas cubiertas de olivares. Transitamos entre pinares de pino marítimo o rodeno (Pinus pinaster) sobre las laderas, con pequeños bosquetes de pinsapos. Pasamos a Zahara de la Sierra, por uno de los paisajes más espectaculares del entorno, situado al borde del embalse, y donde destaca la imponente torre de su castillo –un auténtico “nido de águilas”. Finalizamos en Algodonales.
Longitud: xxx km diarios
Ruta de 3 días

y Costa del Oeste de Cádiz
Desde Lebrija y Rota, hasta Sanlúcar de Barrameda
y una visita a Doñana
Un recorrido relajado en bici por zonas llanas en bicicleta, utilizando los caminos del canal Bajo del Guadalquivir, también llamado Canal de los Presos, construido para poner en regadío los entornos del Guadalquivir en tierras de Córdoba, Sevilla y Cádiz, donde se cultiva: algodón, cereal, legumbres, frutales, arroz, cultivos hortícolas bajo plástico, almendros, olivo, remolacha azucarera, girasol, alfalfa,…sobre suelos que provienen de rocas de Mioceno y Plioceno, son de margas, yesos rojos y blancos, donde se encuentran jacintos de Compostela, y terrenos cuaternarios en las marismas, son suelos aluviales depositados por el río Guadalquivir, suelos bastante impermeables que originan lagunas endorreicas.
Un paisaje de transición entre la Campiña sevillana y las Marismas del Guadalquivir, de colinas suaves al E y SE y en el W los ambientes marismeños cerca de la desembocadura del río Guadalquivir. Vamos a circular por el camino de servicio del Canal del Bajo Guadalquivir, que se inicia en la Presa de Peñaflor, en Palma del Río en Córdoba y termina en la Balsa de Melendo o de Lebrija, un total de 148 km cuya construcción se inicia en 1940, y a partir de una idea que surge en siglo XIX; y finalizada se pone en servicio en 1968 todo el canal para riego.
Circulamos desde Lebrija por tierras llanas tierras de marisma, ciudad sevillana situada en la ladera sobre un cerro que domina las marismas del Guadalquivir, llena de monumentos, como el Palacio (con mosaicos que son los mejores de Europa), los restos de castillo, y arqueológicos romanos, ermitas, el casco histórico, casas solariegas, etc. Aquí podemos visitar una bodega y fábricas de cerámica artística Lebrijana realizadas en barro.
En las proximidades del río Guadalquivir, ya en las marismas, vemos numerosas especies de aves en los entornos húmedos. Y circulando por el Pinar de la Algaida o por la franja de tierra al borde del río Guadalquivir llegaremos a Sanlúcar de Barrameda, en la margen izquierda del estuario del río, por las dunas fósiles fijadas por el pinar, entornos de Doñana.
El centro urbano, es conjunto histórico-artístico con multitud de iglesias, conventos, palacios, casas de cargadores de Indias y bodegueros, y una singularidad: el centro de interpretación Cádiz mitológico. Lugar de tradición en la cría de caballos y las carreras de estilo inglés, en la playa, de las más antiguas en toda Europa, desde 1845.
Realizamos una visita Al Parque Nacional de Doñana, conoceremos sus paisajes, los diferentes ecosistemas y la riqueza biológica de este espacio singular, de interés internacional para la conservación de la Biodiversidad. Embarcaremos para cruzar el río Guadalquivir y en coches todoterrenos visitamos las dunas, los cotos sobre arenas y las marismas en este entorno del Parque Nacional. Con el apoyo de nuestro ornitológico realizaremos observaciones con prismáticos y catalejos para la identificación de las especies de aves, y detalles interesantes sobre los ecosistemas. Sin duda una buena oportunidad para entender Doñana.
La ruta en bicicleta por la costa podremos realizarla de S a N o en sentido inverso, desde la ciudad de Rota, siguiendo NW por Costa Ballena y Chipiona y finalizar en Sanlúcar de Barrameda. Una ruta costera por terrenos llanos y de circulación relajada para conocer estas ciudades y realizar observaciones de fauna en los enclaves de interés ornitológico del litoral. Rota está situada sobre un aluvión depositado por el río Salado y sus afluentes; se abre a la costa como una playa bordeada de pinos, matorrales y vegetación marismeña. Es Conjunto Histórico, con antiguos arcos y estrechas calles de casas blancas, con pintorescos rincones donde se localiza la base militar americana. Tiene también restos de un modo de pesca ingenioso y primitivo: los corrales de pesquería de Rota.
A la ciudad de Chipiona, llegamos por caminos y calles próximos a la costa, donde destacan playas arenosas extensas, a cuya espalda se encuentran dunas y acantilados labrados sobre depósitos pliocuaternarios, y veremos el faro más alto de España, de 69 m, que se construye en 1867 para facilitar el acceso de los barcos por el río Guadalquivir. Su castillo es el centro de interpretación “Cádiz y el Nuevo Mundo”. Aquí se encuentra el museo del Moscatel. Y finalizamos nuestro día de cicloturismo en Sanlúcar de Barrameda.
Longitud: xxx km diarios
Ruta de 3 o 4 días

Sierra Norte de Sevilla y Córdoba
Por tierras de Sierra Morena y el valle del Guadalquivir hasta Córdoba.
CAMBIAR LA FOTO
Discurre la ruta, primero por paisajes montañosos de Sierra Morena, en el Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla y el Parque Natural de Hornachuelos, en Córdoba. Son terrenos de rocas antiguas continentales (de 540 M.a, encuadrados en la Zona de Ossa-Morena del Macizo Ibérico), muy deformadas y metamorfizadas (afectadas por las orogenias Cadomiense, al final del Precámbrico y Varisca, al final del Paleozoico). Un relieve de elevaciones con pliegues, cabalgamientos e intrusiones graníticas, y entre las montañas pequeñas cuencas continentales rellenas de sedimentos, como carbón.
Y después, seguimos por el borde entre la Meseta Hercínica al norte y la Depresión Bética al sur, y por el valle del Guadalquivir, hacia el NE, finalizamos en Córdoba, lo que nos permite conocer diversidad de paisajes.
El primer día recorremos las serranías de lomas suaves, con valles profundos; terrenos de extensas fincas reservadas a la actividad cinegética, con ganadería y donde se extrae aun el corcho de los alcornoques, que forman masas boscosas junto a encinas con matorral, robles melojos, quejigos y dehesas, en los pueblos de Cazalla de la Sierra, Constantina, San Nicolás del Puerto, en el Parque Natural de Sierra Norte, catalogado como Geoparque y Reserva de la Biosfera.
Visitamos las antiguas minas romanas del Cerro del Hierro, un paleokarst sobre calizas cámbricas formadas en ambiente marino cercano a la costa, con vetas rellenas de minerales de hierro y barita. Un paisaje de gran belleza, de interés científico y didáctico, por las morfologías kársticas y figuras de disolución que han formado la actividad minera desde los romanos y la lluvia.
Realizamos la Vía Verde de la Sierra Norte de Sevilla, en las riberas del río Huéznar, un recorrido cómodo sobre el antiguo ramal del tren minero que unía las minas del Cerro del Hierro con la línea Zafra-Sevilla, para explotaciones mineras iniciadas desde los fenicios y que han dejado numerosos vestigios en el paisaje. En las márgenes del río veremos terrazas y edificios travertínicos fósiles, originados por depósitos de carbonatos del agua sobre tapices vegetales.
San Nicolás del Puerto, es un pequeño pueblo con detalles arquitectónicos y un pasado de minería de carbón (en formaciones del Carbonífero Superior y Pérmico) y la explotación de calizas y horno de cal.
Siguiendo la vía llegamos a la estación de tren Los Prados-Cazalla, y podemos visitar Cazalla de la Sierra, lugar de paso de la Vía de la Plata en época romana, donde las rocas graníticas dan unos paisajes alomados, de suelos arenosos y berrocales con grandes bolos, que resisten la erosión.
El segundo día discurre la ruta por entornos de sierras de escasa altitud, desde Constantina, un pueblo de casas blancas que culminan en el castillo, y con una trama urbana donde perdura la arquitectura de rasgos señoriales o burgueses, edificios notables, algunos de estilo mudéjar y otros de la época neoclásica, rincones como fuentes y patios de gran belleza. Descubriremos su pasado musulmán visitando el barrio de la Morería, y el castillo árabe, declarado Conjunto Histórico-Artístico. En el centro de Visitantes el Robledo tiene un jardín botánico.
Y continuamos por la orilla, la presa del embalse del Retortillo, lugar de observación de aves acuáticas y hasta Hornachuelos, por zonas de piedemonte de Sierra Morena, es el borde marcado por el contacto entre el relieve hercínico de Sierra Morena y el sedimentario del valle del Guadalquivir. El centro de interpretación del Parque Natural se encuentra en Hornachuelos.
El tercer día circularemos por el valle medio del Guadalquivir, en la Depresión Bética, donde el relieve ahora es monótono; un paisaje casi horizontal y solo salpicado por alcores y páramos, cerros testigos, más frecuentes en las proximidades de Sierra Morena.
Saldremos de Almodóvar del Río, donde visitamos su castillo, una fortaleza palaciega, la Floresta, inexpugnable construcción de origen árabe, de las más importantes y reconocidas del paisaje cordobés; y un castillo de cine, pues en la serie Juego de Tronos, recreó la fortaleza de Alto Jardín. El núcleo urbano, ya situado en la campiña cordobesa, a 120 m de altitud, tiene un interesante casco urbano y un museo etnológico.
El Valle del Guadalquivir, a pesar de su relieve tranquilo, tiene una historia geológica ajetreada. En la Orogenia Alpina, al levantarse la Cordillera Bética, que divisamos al sur, se produce el hundimiento de lo que era una plataforma marina. Esta depresión se va rellenando de sedimentos y cuando esta colmatada, el río Guadalquivir y sus afluentes comienzan a construir sus valles sobre esos materiales. En medio de esta depresión excavada por el río, quedan restos aislados del primitivo estrato, son los pequeños páramos y alcores, de caliza o arenisca, que encontramos en la campiña y que resisten a la erosión.
Son terrenos de cultivo de secano y regadío, huertas de naranjas y dehesa de reses bravas, al lado del canal del Guadamellato, en la vega del Guadalquivir, sobre sedimentos blandos de arcillas, margas, margocalizas.
Y llegamos hasta el complejo de la arquitectura hispanomusulmana, denominado la Ciudad Brillante, ¡¡un lugar único!!, la ciudad Califal de Medina Azahara (Madinat Al–Zahra, que en árabe significa “la ciudad de la flor”), fundada en el 963 por Abd al-Rahmán III el primer califa de Córdoba, fue referente de Al-Andalus y reflejo de poderío del califato Omeya independiente en Occidente, capital de Al-Andalus, fuerte y poderosa, primera capital política, científica y cultural del mundo occidental y uno de los mayores reinos medievales de Europa.
Es considerada como una de las obras más significativas del arte islámico. Después destruida y sus restos ocultos durante 1.000 años, fueron descubiertos a principios del siglo XX, y tras de más de 100 años de estudio apenas se ha excavado un tercio de la superficie total del Yacimiento. Patrimonio Mundial de la Humanidad, rico en historia, es una ciudad judía, musulmana y cristiana que visitaremos, recorriendo sus tres terrazas cercadas por la muralla.
Circulando por su vega solo nos quedan 8 km, para llegar a la ciudad califal: Córdoba, que podremos visitar en bici, pues es llamada Córdoba la Llana, una ciudad bikefriendly, con carril bici, que permite rodear el caso histórico pedaleando y conocer los principales monumentos: el alcázar califal del estado musulmán andalusí, la mezquita-catedral, la sinagoga, el templo romano, palacios, etc.
Longitud: 25-46 km diarios
Ruta de 3 o 4 días

Paisajes Calatravos – Ciudad Real
Tierras de Monjes guerreros y volcanes dormidos
CAMBIAR FOTO
Esta comarca natural de La Mancha que debe su nombre a la instalación de la Orden Militar y Religiosa de Calatrava durante más de siete siglos, cuyo fin era defender estas tierras de Castilla de los musulmanes. La Orden tenía su sede en Almagro y sus fortalezas fueron el castillo de Salvatierra primero y el Castillo de Calatrava la Nueva, después en el siglo XIII, una impresionante fortaleza de monjes-guerreros en un cerro de cuarcitas a 936 m de altitud. La poderosa orden militar, ha dejado una profunda huella de su presencia en muchos pueblos que lucen castillos, monasterios e iglesia que conocieron el paso de los heroicos caballeros, que participaron en la toma de Cuenca (1177), en la batalla de las Navas de Tolosa (1212) y en las campañas de Fernando III en Andalucía. También con presencia de yacimientos relacionados con el mundo ibérico (siglo IV a.C.), como es el de Oreto y Zuqueca.
Discurre la ruta por los entornos de Valenzuela de Calatrava, Granátula de Calatrava, Calzada de Calatrava y Aldea del Rey, donde se encuentran manifestaciones de volcanismo. Las mas recientes investigaciones en el Campo de Calatrava, un número de edificios volcánicos, superior a 300. La presencia de rocas volcánicas en este entorno ha permitido su uso en muchos edificios, como en ermitas, puentes, y monumentos, donde se utilizó lapilli y bloques de oleadas piroclástica. Descubriremos el interior de un volcán, el del Cerro Gordo, y encontraremos manifestaciones volcánicas como fuentes de agua gasificada, antiguos cráteres a modo de lagunas llamadas maares.
La ruta también nos lleva a Puertollano, ciudad que se desarrolla con la explotación de la hulla o pizarra bituminosa, a cielo abierto, y que posee interesantes restos de la actividad minera. Su museo etnológico nos dará conocer la historia preindustrial de la ciudad y su comarca.
Terminamos en Aldea del Rey con la visita del Palacio de Clavería del siglo XVI, residencia de los frailes de la orden de Calatrava, moradores del convento del Calatrava hasta el año 1217.
Longitud: xx-xx km
Ruta de 2 o 3 días

La Vega del Duero (Valladolid y Zamora)
Las riberas de río Duero a su paso por Tordesillas, Castronuño, Toro y Zamora
La ruta transcurre por varios municipios de las provincias de Valladolid y Zamora, en un territorio entre las poblaciones de Tordesillas y Zamora.
El río Duero, sus riberas y vegas, son los grandes protagonistas, donde aparecen alamedas y olmedas, además de comunidades acuáticas como carrizales, y limitando, alrededor de estas zonas húmedas, aparecen cultivos de secano y regadío.
La acción erosiva de río, ejercida en el periodo Cuaternario y los fenómenos de sedimentación, han dado lugar a formas sinuosas entre las que destaca el gran meandro de acentuada curvatura que forma el Duero a su paso por la localidad de Castronuño. Aquí aparece un tramo embalsado (Embalse de San José), que da lugar a un hábitat apropiado para aves que utilizan este hábitat para reproducirse, invernar o descansar durante migraciones y entre ellas se puede divisar: aguilucho lagunero, garza imperial, martinete, milano real o águila calzada. Otras aves que tendremos oportunidad de observar, son las esteparias como las avutardas, ya que algunos tramos de la ruta se podrían desviar de la ribera hacia sus ´hábitats.
Un territorio de relevancia histórica, ya que desde antiguo el hombre se ha asentado en estas tierras, fundando numerosas poblaciones, entre ellas la monumental Zamora y las que fueron sedes reales como Tordesillas y Toro.
Longitud: xx-xx km
(*) En las rutas de varios días, los precios incluyen alojamiento en habitación doble, comidas, traslados y el coste de actividades culturales como visitas a museos a lo largo de la ruta. No incluye alquiler ni traslado de bicicletas.